“No hay sobre la tierra placer
que iguale al placer de labrar la dicha ajena”. (José de Echegaray)
CUENTA una leyenda china que hace mucho tiempo, un
sabio visitó el infierno. Vio allí a mucha gente sentada en torno a una mesa
llena de alimentos, sin embargo todos los comensales parecían hambrientos y
malhumorados. Tenían que comer con
palillos, pero eran tan largos, tan largos que por más que estiraban el brazo
nunca conseguían llevarse nada a la boca.
Impresionado, el sabio marchó del
infierno y subió al cielo. También encontró una mesa llena de alimentos y de
comensales, pero allí todos parecían alegres y saludables.
Y es que en el cielo, cada cual
se preocupaba de alimentar con sus largos palillos al que tenía enfrente.
Y ahora… imagina una cadena de favores.
Tú haces un favor a alguien a
quien tú quieres y le dices que no te lo devuelva.
Le pides que haga lo mismo con
otras tres personas, las cuales a su vez ayudarán a otras tres, y así
sucesivamente.
¿Crees que es posible? Prueba a
hacerlo. Sólo si lo intentas podrás comprobarlo.
Permíteme ahora que transcriba
una definición de GENEROSIDAD:
“De alma noble, de sentimientos
elevados; inclinado a las ideas o sentimientos altruistas, dispuesto a
esforzarse y sacrificarse en bien de los otros”
¿Te sientes capaz de ser
así? ¿Estás dispuesto?
Toda acción, todo esfuerzo,
comienza con una gran idea, con un pequeño paso.
No esperes más y …. ¡empieza a darlo!
“A los grandes hombres les
produce más placer hacer el bien que recibirlo; es la felicidad de la
generosidad. “ (Baltasar Gracián)
Idea y textos:
Ángel Cisneros, Gonzalo Montaner y Paz Blasco
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